Críticas a la ideología nacionalista

1. Imposibilidad de no ser nacionalista:El que critica a un nacionalismo forzosamente está hablando desde otro nacionalismo. Con lo cual se consigue presentar el nacionalismo como algo natural, no elegido, a lo que nadie escapa: todos tienen patria; se construye un retrato nacionalista de cualquier opositor, negándole la autonomía de su pensamiento y convirtiéndole en agente del nacionalismo rival, y se descalifica la crítica sin considerar argumento alguno porque, diga lo que diga, el que discrepa es un agente del enemigo.

2. El nacionalismo como sentimiento:El nacionalismo no sería sólo una ideología, sino un estado sensible del ser humano. Se consigue de este modo convertir cualquier crítica al nacionalismo en una herida a la sensibilidad, plataforma ideal para el victimismo.
Victimismo: Una de las constantes de los nacionalismos. Los pecados históricos de los que fueron víctimas y su resistencia en el pasado son utilizados con excesiva frecuencia para reafirmarse. Recuerdan constantemente la lista de afrentas que les ha causado el estado. No el estado del príncipe siglos atrás, sino simplemente "el estado", cuando el estado moderno se basa en la absoluta igualdad de los ciudadanos que expresan su voluntad con su voto.
La historia interpretada desde un sentimiento resulta demasiado subjetiva.

3. Alto grado de singularidad natural:No somos un país cualquiera, repiten los nacionalistas. Como si hubiesen países cualquiera. Los elementos que forman la nación tienen entre sí una vinculación orgánica y no puede ser creada o abandonada por voluntad humana. Las creencias, valores, leyes y costumbres no pueden ser juzgadas en abstracto sino que por el hecho de ser nuestras cuentan ya con un aprecio definitivo. Su ideología se reclama más deudora de la biología que del pacto social.

4. La diferencia implica la desigualdad:De la diferencia como expresión de la diversidad social se pasa a la diferencia como factor de jerarquización y discriminación. Por ser diferentes, unos tienen más derechos que los otros. Lo cual no sólo es democráticamente objetable, sino que es un motor implacable de recelos. La exigencia de tolerancia pierde prioridad frente a otras consideradas más urgentes. Se resta importancia a la pluralidad de intereses que tiene cada ser humano y cada generación. Se descuida el reconocimiento del derecho a no creer (religión, ciencia, moralidad, sentido común establecido) que resulta básico para la convivencia en libertad. El orden externo impuesto avanza en el dominio de lo más íntimo. El lugar donde anida la crítica, la utopía y la fantasía que debería quedar fuera de castigos. Para satisfacer las unidades nacionales debe pasarse por encima de cualquier otra consideración. Si los objetivos de la patria son incompatibles con los de otras naciones se debe obligar a los otros a ceder aunque sea por la fuerza.
Sobre estos tópicos todo debate de racionalidad política se convierte en un choque de nacionalismos. Entre nacionalismos no hay diálogo. En el mejor de los casos puede haber negociación y compromiso.

La visón local del nacionalismo:
Contraponen intereses de un grupo contra los de los demás.
Provocan sentimientos de distancia y malestar.
Erosionan la convivencia desde la diversidad.
Sus prioridades no les hacen reparar en los derechos de los demás.
Sus normas, de forma coyuntural, como ejercicio de una discriminación positiva, hacen distinciones entre los ciudadanos y niegan derechos a una parte de ellos.
Promueven un arte folclórico, estrecho, miope, cursi.
No encajan en la tendencia a la integración europea. Desvían la atención popular de reivindicaciones sociales más urgentes y retos actuales como la globalización.
Adoptan un discurso cerrado:
Basado en conceptos con significado particular
Utilizan en exceso imágenes con carga sentimental.
Utilizan en exceso referencias al pasado en cuestiones actuales.
Mezclan ensoñaciones y deseos.

El nacionalismo y la violencia:
Es una constante la reivindicación de derechos culturales y políticos mediante la intimidación. Cuando la violencia hace su aparición se le arrebata a las víctimas la libertad para expresar y defender sus propias opciones.
Deterioro de la convivencia:
Salidas de tono demagógicas contribuyen a deteriorar el clima propicio para un diálogo basado en la lógica. Las víctimas reales o potenciales experimentan vivos sentimientos de inseguridad, indefensión y temor que recortan su libertad. Las agresiones y arbitrariedades provocan reacciones de indignación y crispación social que deterioran la convivencia cívica. La captación de adolescentes y jóvenes y su instalación en la cultura de la violencia marca perniciosamente muchas conductas. Contemplar el sufrimiento humano como un mal necesario es una actitud moral y socialmente rechazable.
Justificación de la violencia:
Se inclinan hacia la justificación de la violencia auque desde un cierto espectro de posturas que van desde la ambigüedad a la defensa directa de su uso. Es bastante común, a efectos prácticos, la justificación del uso de la violencia en situaciones extremas. Es un recurso habitual la descripción de la situación de una región determinada como insostenible. Ninguna causa, ninguna reivindicación, ninguna aspiración por fundada y legítima que pueda ser justifica los atentados a la seguridad y a la libertad.
Inacción ante la violencia:
La inacción ante la violencia demuestra que ésta juega a su favor. Quien obtiene réditos políticos de la coacción no es un demócrata. Limitarse a expresar una repulsa moral no es suficiente. Todas las víctimas de cualquier conflicto tienen derecho al amparo y protección por parte de la ciudadanía y de las instituciones.

Los nacionalismos y la integración europea:
Durante la construcción de Europa los nacionalismos encontrarán un campo menos adecuado para desenvolverse.
La coexistencia de poderes comunitarios, estatales, regionales, y locales varía la perspectiva de los ciudadanos.
Cuando los nacionalistas utilicen términos como los otros, se referirán cada vez más a casi todos los demás.
Conceptos como gobierno centralista calarán en la gente de una forma distinta, relativa, variable.
Se impondrá una lógica cooperativa en todos los actores políticos.
Incremento de los efectos de la globalización (interdependencia, normalización, economías de escala).
Los nacionalismos se verán forzados a la revisión de los objetivos secesionistas a favor de una clara política autonomista asentada en el reconocimiento del pluralismo nacional y a una práctica de lealtades compartidas hacia la nación cultural, la nación política encarnada en el Estado y las cada vez más visibles realidades supranacionales.
http://www.mgar.net/var/nacion.htm

0 comentarios: